5 Posturas de Yoga Iyengar para principiantes

El yoga Iyengar es un estilo muy conocido por sus alineaciones de precisión y el uso de ciertos soportes.

Fue creado y desarrollado en el siglo XX por BKS Iyengar, quien tiene el mérito de ser uno de los primeros maestros en difundir esta disciplina en Occidente.

Las clases de este estilo se caracterizan por la ejecución de pocas asanas, pero mantenidas durante mucho tiempo. Solo de esta manera, se pueden profundizar los beneficios en los practicantes.

El yoga Iyengar es reconocido por sus efectos curativos, particularmente en aquellas personas con diversos problemas físicos. Este tipo de práctica permite aumentar la fuerza y ​​la flexibilidad, llevando al practicante a lograr una salud completa de cuerpo, mente y espíritu.

Conoce a continuación 5 posturas de Yoga Iyengar para principiantes.

Tadasana

Es una posición sencilla y que se puede hacer en casa sin problemas. Comencemos de espaldas a la pared con los pies juntos, los hombros relajados y los brazos largos a la altura de las caderas.

El peso debe estar bien distribuido, con los ojos rectos al frente y las palmas de las manos hacia adelante. 

En este punto, intentamos ensanchar la pelvis, alejando el sacro de la pared y rotando los muslos, pero manteniendo una posición estable, aplicando fuerza a los abdominales.

Luego se procede a juntar las manos frente a ti, y ahora las llevas por encima de la cabeza, ensanchando los omóplatos y estirándolos hacia abajo. 

Es un ejercicio importante para el estiramiento y la relajación de la espalda. Una vez perfeccionada la técnica, se puede hacer lejos de la pared.

Urdhva hastasana

Para iniciar, parate con los hombros hacia abajo, y levanta los brazos con las palmas frente a frente (paralelo entre sí), y los pies presionados contra el suelo. Usa las manos (dedos de la mano al techo) y estira los brazos hacia arriba manteniendo los codos rectos.

Luego, respira libremente (los omóplatos hacia el centro de la espalda). Ahora, extiéndete desde las plantas de los pies hasta la punta de los dedos, con la cara esta relajada. Para salir de la postura, baja lentamente los brazos.

Utthita Trikonasana

Solo una vez que hayas calentado todo tu cuerpo podrás hacer esta posición. Inhala profundamente y separa las piernas hasta que alcancen un ancho de aproximadamente un metro. 

Levanta los brazos hacia los lados hasta la altura de los hombros y ponlos paralelos al piso con las palmas hacia el suelo. Ahora, gira el pie derecho hacia la derecha, y el izquierdo ligeramente hacia adentro. 

En este punto, exhala profundamente e inclínate hacia la derecha. La palma de tu mano derecha debe tocar el tapete y en este punto levanta el otro brazo y llévalo en línea con los hombros tocando el suelo.

Si puedes girar la cabeza, mira hacia arriba. De lo contrario, mira un punto fijo frente a ti. Mantén la postura por 1 minuto.

Adho Mukha Svanasana

Comienza poniéndote de rodillas y con las manos pegadas al suelo. Ahora, mientras exhalas, pivota sobre los dedos de los pies y levanta las rodillas del suelo. En este punto, trata de levantar el isquion lo más posible, al mismo tiempo tratas de estirar el cóccix.

Empieza lentamente a estirar las piernas lo más que puedas e intenta apoyar los talones en el suelo. Mientras estás en la posición, usa las manos como si fueras a empujar la colchoneta, levanta el isquion hacia el cielo tanto como sea posible y, empuja los talones hacia el suelo.

Ahora, mantén la postura boca abajo respirando profundamente todo el tiempo que quieras. Comienza con 5 respiraciones y luego aumenta.

Utkatasan

En este caso, párate con las piernas juntas, los brazos a lo largo del cuerpo y los pies separados a menos de la altura de la cadera. A partir de aquí, respira y eleva los brazos mientras entrelazas las palmas de las manos.

Ahora, levanta los brazos hacia el techo, pero flexionándolos un poco. Luego, dobla un poco las rodillas flexionándolas, pero de que no vayan más allá del tobillo.

 

Raquel Prádanos Thobois